martes, 1 de julio de 2008

La historia no lo cuenta, pero cuando Boddhidharma vivía entre los monjes del templo Shaolín en las montañas sagradas de China enseñando las 18 palmas de Lohan, cinco sifus de las artes marciales se presentaron con el fin de derrotarlo. Boddhidharma se rehusó a pelear, lo que provocó la furia de los sifus quienes quemaron el templo y atacaron a los monjes allí reunidos quienes se mantenían pacíficos, según lo que dictaba su religión.
Entonces Boddhidharma se iluminó y vio que en el Camino Medio la inacción era también una falta. Por lo que se levantó y expulsó a los cinco maestros del templo, derrotándolos en combate.
Antes de que se fueran, condenó a los cinco a que una vez que su cuerpo muriera, su alma quedaría atrapada en este mundo, imposibilitada de ascender.
Y así fue, las almas de los cinco maestros han vagado por el mundo todos estos años; susurrando sus conocimientos a discípulos que ellos han considerado aptos por su dedicación a las artes marciales y cuyos rastros se dejan ver en historias y películas.
Miles de años después Boddhidharma les ha comunicado que un gran cambio se acerca para la humanidad, y que tienen la oportunidad de redimir sus almas en un torneo de artes marciales en los que, a través de sus discípulos, podrán probar quienes merecen ascender.